Pedro Echeverría V.
Rebelión
1. ¿Qué parte del Plan Colombia, organizado por el Departamento de Estado del gobierno de Bush, se está aplicando en este momento en México? No debe olvidarse que el llamado Plan Colombia, que se inició el año 2000 durante el gobierno de Andrés Pastrana, tuvo como objetivo inicial el combate contra el narcotráfico; pero dos años después –al asumir Álvaro Uribe la presidencia- fue ampliado para destruir los grupos armados que operan en Colombia y que, de acuerdo a la Constitución de allí, son ilegales. ¿Puede confiarse en el gobierno usurpador de Felipe Calderón que en toda su campaña política prometió mano dura contra las luchas de Atenco, Oaxaca, los mineros, los “violadores del orden y el Estado de derecho”?2. Uribe, perteneciente a poderosos grupos terratenientes de Colombia y al Partido Liberal Independiente, derrotó a Horacio Serpa del Partido Liberal y a Noemí Sanin, que venía del Partido Conservador. Uribe, con el apoyo del gobierno de Bush, es hoy el personaje de mayor confianza del imperio en Latinoamérica, preferencia que empieza a disputarle el llamado presidente de México. Uribe y Calderón son, por ahora, los presidentes sobre los que se apoyará Bush para dividir y derrotar al bloque de izquierda que se está conformando alrededor del Mercosur. Aquellos países de América que hace unos 40 años eran “el ministerio de colonias yanquis”, que se arrastraban según indicaciones de los EEUU, ahora sólo están en áreas de Centroamérica.3. Colombia es el país que mayor apoyo económico recibe de Washington para su fortalecimiento militar, mismo apoyo que Calderón muy pronto comenzará a disputar por méritos propios. Según dice el investigador Carlos Fazio, “en 2003, militares del Pentágono entrenaron a 22 mil 855 oficiales latinoamericanos, de los cuales 9 mil 210 alumnos fueron colombianos, seguidos por efectivos de Bolivia, Panamá, Perú y Ecuador”. México no figura en la lista de Fazio porque la política de los gobiernos mexicanos es enviar a los EEUU a personajes de los más altos niveles militares para que luego ellos se encarguen de trasmitir con la mayor fidelidad todo lo aprehendido. Pero es público que las fuerzas armadas norteamericanas son las que dirigen.4. Por las derrotas que el ejército invasor yanqui está sufriendo en Irak y Afganistán, el gobierno de Bush ha comenzado a retirar efectivos militares y presupuesto en países como Colombia para concentrarlos en la región asiática. Una derrota yanqui en Asia –que todo el mundo democrático y antiimperialista desea- aceleraría el desplome de ese país que durante todo el siglo XX sometió a todos los pueblos de la tierra. También llevaría al debilitamiento de fuerzas económicas y políticas que durante muchas décadas han impuesto su poder en la mayoría de los países del globo. Por eso el gobierno de Bush y los demás de ese imperio –sea del partido demócrata o republicano- no pueden dejar de bombardear, invadir y explotar. Parece de vida o muerte para ellos.5. ¿Para qué sirven cientos de miles de soldados en Colombia y en México si todos esos miles de millones de pesos que se gasta en armamento, aviones, helicópteros, automotores, uniformes y salarios bien pueden utilizarse para crear fuentes de trabajo? Ni México ni Colombia están en guerra con nadie, pero las inversiones en esas instituciones armadas en vez de reducirse, son cada vez mayores. ¿Por qué? Porque los gobiernos que no cuentan con el apoyo de sus pueblos, tienen que rodearse de fuerzas armadas que los cuiden contra los trabajadores del campo y la ciudad. Por eso lo primero que hizo Felipe Calderón en México fue aumentarles salarios a esos cuidadores del orden. La realidad es que a falta de pueblo que apoye, sobran soldados armados.6. En Colombia –territorio con unos 45 millones de habitantes- la lucha armada lleva más de 50 años. Desde aquellos grandes levantamientos campesinos y obreros en varias provincias y ciudades que dieron lugar al Bogotazo -levantamientos provocados en 1946 a raíz del asesinado del líder de la izquierda liberal Jorge Eliecer Gaitán- empieza a estar presente el movimiento armado. Mientras el partido Conservador y el Liberal, al servicio de la oligarquía y el imperialismo yanqui se repartían al país y se alternaban en el gobierno, en las ciudades de Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, en toda la nación, millones de colombianos sufrían desempleo y precios miserables en el mercado por su café, algodón, tabaco y bananos, así como en productos mineros.7. Gobernantes como Rojas Pinilla, Lleras Restrepo, Lleras Camargo y López Michelsen, se dividían el poder, mientras los sucesivos gobiernos yanquis de Eisenhower, Kennedy y Johnson –que propangandizaban la llamada "Alianza para el Progreso"- determinaban políticas sobre Colombia, México y América Latina, con excepción digna de Cuba (que desde abril de 1961 proclamó que construía socialismo) Aunque con márgenes de asociación y dependencia un poco diferentes, Colombia y México jugaron siempre por el lado de los EEUU. Por eso hoy, avanzado ya el siglo XXI, continuarán jugando en la cancha gringa para frenar a Castro, Chávez, Morales, Lula, Kischner, Ortega, Tabaré, Correa y otros que se acercan al Mercosur.8. El 15 de febrero del año pasado conmemoré con un artículo los 40 años de la muerte del sacerdote guerrillero colombiano Camilo Torres. Las guerrillas de entonces sufrieron muchas represiones y muertes, pero hoy siguen tan vivas enfrentando a sus enemigos oligarcas de Colombia. En 1963 la lucha armada se dividió en dos tendencias: una marxista apoyada por Cuba, las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FARC), otra de línea más flexible, el Ejército de Liberación Nacional. Después nació un tercer movimiento guerrillero con afinidades maoístas: el Ejército Popular de Liberación. La operación Marquetalia de mayo de 1964 empleó 16 mil soldados y muchos aviones para bombardear a la población campesina en zona de guerrillas, fue una operación asesina, tal como la que EEUU desarrollaba en esos días en Vietnam.9. En México han existido desde la época colonial grandes movimientos campesinos armados, también durante el período el Imperio, La República, el Porfiriato y la Revolución. Se recuerda las luchas de Zapata y de Villa, pero también la de Jaramillo en Morelos, la de la sierra de Chihuahua, las de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas en Guerrero. Hoy, además del EZLN –semi legalizado- existen dos decenas de grupos armados que a partir de la década de los setenta los gobiernos del PRI y del PAN han buscado liquidar. Por eso toda esa política que desarrolla hoy Calderón se parece al Plan Colombia que ha buscado acabar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN)10. El imperialismo yanqui, aunque todavía va a causar inmensidad de problemas contra los pueblos del mundo, parece batirse en retirada. Debe enfrentar la gran competencia económica internacional contra China Japón e India, así como la del Mercomun europeo. Al mismo tiempo busca desesperadamente la forma de salirse de Irak y Afganistán mientras presiona a la ONU para evitar que Irán, Corea y otros países ingresen al grupo nuclear que él y unas siete naciones más monopolizan. Pero en estos días lo más importante es ese bloque de América Latina que se amalgama para enfrentar a Bush y toda esa banda de asesinos yanquis. ¿Qué puede esperarse de esos dos gobiernos peleles –el de México y Colombia- que juegan contra los pueblos del continente?
pedroe@cablered.net.mxPedro Echeverría V.
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