20/01/2007


ULTIMADA LA NUEVA LEY DE HIDROCARBUROS EN IRAK
El régimen iraquí, listo para entregar las reservas de petróleo a las multinacionales energéticas

"Mientras el gobierno Bush prepara intensificar la violencia militar contra el pueblo iraquí, el régimen instalado por EEUU en Bagdad está listo para aprobar una nueva ley de hidrocarburos que entregará un control sin precedentes sobre las vastas reservas de petróleo del país a multinacionales de la energía británicas y estadounidenses. El texto de la nueva ley fue redactado por una empresa estadounidense contratada por el gobierno Bush, y presentado a las compañías petroleras más importantes y al Fondo Monetario Internacional el verano [pasado]."
De acuerdo sobre el petróleo: Bush y al-Maliki durante su última reunión en Amán en noviembre de 2006
Mientras el gobierno Bush prepara intensificar la violencia militar contra el pueblo iraquí [1], el régimen instalado por EEUU en Bagdad está listo para aprobar una nueva ley de hidrocarburos que entregará un control sin precedentes sobre las vastas reservas de petróleo del país a multinacionales de la energía británicas y estadounidenses [2]. La nueva ley, cuyo contenido fue detallado por el periódico británico The Independent el día 7 de enero, hace una burla de cualquier manifestación de soberanía por parte del pueblo iraquí y demuestra que el objetivo real de la sangrienta empresa del imperialismo estadounidense ha sido la de colonizar el país e incautar una de las mayores reservas de petróleo que quedan en el planeta.El texto de la nueva ley (la cual se espera sea aprobada por el Parlamento iraquí en cualquier momento y que entre en vigor sobre el mes de marzo) fue redactado por una empresa estadounidense contratada por el gobierno Bush, y presentado a las compañías petroleras más importantes y al Fondo Monetario Internacional el verano [pasado]. Aún así, en diciembre algunos parlamentarios iraquíes, si no todos, aún no habían visto la ley.
'Acuerdos de Producción Compartida'
The Independent, que obtuvo una versión filtrada de la ley, informaba el domingo, 7 de enero que "[...] el Consejo de Ministros iraquí espera aprobar [...] una nueva y controvertida ley de hidrocarburos, fuertemente presionado por los gobiernos estadounidense y británico, que redibujará radicalmente la industria petrolera iraquí y abrirá las puertas a la tercera mayor reserva de petróleo en el mundo. [La ley] permitirá la primera operación a gran escala de compañías de petróleo extranjeras en el país desde que la industria fuera nacionalizada en 1972". El periódico añade que la nueva ley sería una "[...] desviación radical de la legislación para los países en vías de desarrollo" y sería la primera de su clase para cualquier productor importante de petróleo en Oriente Medio, donde Arabia Saudí e Irán, los principales productores a nivel mundial, "[...] tienen un estricto control sobre sus industrias a través de compañías estatales sin ninguna colaboración extranjera de importancia," a diferencia de la mayoría de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El aspecto legal más importante de esta legislación pendiente de aprobación es la introducción de los llamados denominados Acuerdos de Producción Compartida (APC), bajo el cual el Estado [iraquí] mantiene la propiedad formal de las reservas de petróleo pero reparte miles de millones a través de fondos de compensación a las compañías de petróleo extranjeras para sus inversiones en infraestructura y las operaciones de taladro, gaseoductos y refinerías.
De acuerdo con el borrador de la legislación, los APC en Iraq se establecerán por un plazo de 30 años o más, permitiendo que las compañías petroleras extranjeras mantengan acuerdos favorables sin importar lo que un futuro gobierno [iraquí] quiera hacer para regular sus ganancias, impuestos o niveles de producción. Una disposición presente en el anterior borrador de esta nueva ley -que puede que sea incluida, o no, en la versión final- señala que cualquier controversia con una compañía extranjera será resuelta en última instancia por un arbitraje internacional, no iraquí.
Los términos acordados bajo esta nueva ley garantizarán tremendos beneficios para ExonMobil, Chevron, BP y otras multinacionales de la energía. Mientras recuperan los costos de sus inversiones iniciales para desarrollar un yacimiento petrolífero, las compañías extranjeras podrán retener del 60 al 70 por ciento de las ganancias del petróleo. Una vez que recuperen su inversión inicial, las compañías pueden obtener hasta el 20 por ciento de las ganancias. Por el contrario, y de acuerdo con Mohamad Ali Zainy, economista del Centro de Estudios de Energía Global, la compañía petrolífera francesa Total firmó un acuerdo con Sadam Husein antes de la invasión de Iraq [en 2003] para desarrollar un enorme yacimiento que podría haber permitido a la compañía obtener sólo el 40 por ciento de los beneficios mientras recuperaba sus costos de inversión y, posteriormente, el 10 por ciento.
Estudios sobre energía
Expertos energéticos señalan que las condiciones que tiene que aceptar el gobierno iraquí son sólo comparables con los acuerdos de producción compartida que Rusia firmó con Shell en la década 1990 tras el derrumbe de la Unión Soviética y de la "terapia de shock" económica que acompañó el desmantelamiento de la economía nacional.
En la primera mitad del siglo XX, bajo el sistema de los acuerdos de concesión, las compañías de petróleo extranjeras controlaban el petróleo que se encontraba en sus colonias y pagaban impuestos nominales a los llamados gobiernos nacionales. Frente al aumento de las posturas anticoloniales surgido tras la Segunda Guerra Mundial, las compañías energéticas multinacionales comenzaron a promover el sistema de acuerdos de producción compartida para contrarrestar la creciente nacionalización de la industria de petróleo en Oriente Medio y en otros lugares. Primero se introdujo en Indonesia tras del derrocamiento, respaldado por EEUU, del régimen de Sukarno en 1965. Tales acuerdos permitieron a las compañías extranjeras extraer petróleo y vastos beneficios mientras mantenían la ficción de una soberanía nacional.
De acuerdo con las estimaciones de la Agencia Internacional de Energía, los acuerdos se utilizan en relación sólo con el 12 por ciento de las reservas de petróleo mundiales en países donde las perspectivas de exploración son inciertas y los costos de producción muy altos. Nada de eso se aplica a Iraq, donde el costo por barril de petróleo extraído es uno de los más bajos del mundo debido a que las reservas se encuentran relativamente cerca de la superficie, y muchos campos ya se han descubierto aunque no se han desarrollado debido a los años de guerra y a las sanciones económicas. La mayoría de los gigantescos campos petroleros iraquíes ya se han cartografiado por lo que no hay costos de exploración ni riesgo alguno, a diferencia de lo que ocurre en Mar del Norte, el Amazonas o en las tierras petroleras de Canadá, donde se requiere una gran inversión.
El acuerdo firmado por el régimen de Bagdad respaldado por EEUU vuelve al sistema de concesiones impuesto en el Iraq bajo mandato británico. The Independent destaca que "[...] bajo el capítulo titulado 'Régimen Fiscal', el borrador señala que las compañías extranjeras no tienen restricciones a la hora de sacar sus beneficios fuera del país, y que no están sujetos a ninguna clase de impuestos cuando lo hagan". El borrador de la ley declara que "[...] una persona extranjera puede repatriar los beneficios de la exportación (de acuerdo con la normativa de cambio de divisas en vigor en ese momento)". Las acciones en proyectos petrolíferos también se pueden vender a otras compañías extranjeras: "[...] Se podrían transferir libremente las acciones de cualquier socio no iraquí".Una guerra por petróleo
Iraq cuenta con 115 mil millones de barriles en reservas de petróleo conocidas (el 10 por ciento del total mundial) y se estima que una industria que funciona a plena capacidad podría generar 100 mil millones de dólares al año. Las reservas más importantes se encuentran en los campos de Majnún y Qurna Oeste, cerca de Basora, al sur del país, que contienen cerca de una cuarta parte de las reservas totales iraquíes. Aún más, se estima que Iraq cuenta con entre 100 y 200 mil millones de barriles de posibles reservas, incluyendo el desierto occidental.
Esas vastas e inexploradas reservas a las que se puede acceder con facilidad y a bajo costo, por no mencionar el gas natural, han sido un blanco crucial de las multinacionales energéticas estadounidenses y británicas, particularmente en vista de que no se han descubierto nuevos depósitos petrolíferos en ninguna otra parte del mundo y que las reservas existentes han disminuido drásticamente. Con una demanda creciente, especialmente de países inmersos en un rápido proceso de desarrollo, como China y la India, el control del petróleo de Oriente Próximo y, en particular, el control de las vastas reservas de petróleo de Iraq, se convierten en un objetivo geoestratégico vital para el imperialismo estadounidense.A principios de la década de los noventa, se manifestó una creciente preocupación por aclarar las sanciones de Naciones Unidas impuestas tras la primera Guerra del Golfo que permitirían a Sadam Huseín establecer lucrativos acuerdos con compañías petroleras francesas, rusas, chinas y de otros países, los cuales dejarían a EEUU y Reino Unido fuera y se realinearía la industria energética global. El comentarista político Kevin Phillips señaló en su libro American Theocracy: The Peril and Politics of Radical Religion, Oil and Borrowed Money in the 21st Century, que "[...] siempre que EEUU y Reino Unido puedan mantener la vigencia de esas sanciones, utilizando acusaciones en relación con armas de destrucción masiva, Sadam no podrá poner en práctica su propio plan para ampliar a gran escala las concesiones petrolíferas (estimadas en 1,1 billones de dólares) a sus rivales económicos en Europa y Asia".
Meses después de la invasión estadounidense de Iraq -y tras una larga batalla con la Casa Blanca- se reveló que el control de los campos petrolíferos de Iraq fue uno de los asuntos más importantes a tratar en la reunión de la Energy Task Force que sostuvo el vicepresidente Dick Cheney con ejecutivos petroleros en 2001. Dentro de las materias hechas públicas por orden de un tribunal, se encontraron mapas de los campos de petróleo, gaseoductos y refinerías en Iraq, con una lista de "abogados extranjeros para los Contratos Petrolíferos Iraquíes", mencionando más de 60 firmas de apoyo en 30 países, principalmente en Francia, Rusia y China, que tenían proyectos ya firmados, o en proceso de negociación, con Bagdad. Por ejemplo, el gigante francés Total, obtendría 25 mil millones de barriles del yacimiento de Majnún, mientras que la firma rusa Lukoil tenía un acuerdo de explotar los yacimientos de Qurna Oeste.
El artículo de The Independent acerca de la nueva ley de hidrocarburos subraya que el gobierno iraquí considerara válidos esos contratos, y que las personas relacionadas con el asunto, perciben ahora a "[...] ExonMobil como la favorita para quedarse con los derechos del yacimiento de Majnún".
Los actos del gobierno títere de Bagdad han confirmado el hecho, sospechado por millones de personas en todo el mundo, de que se ha destrozado un país entero y se ha asesinado a cientos de miles de personas en una guerra por el petróleo y sus beneficios.

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